Esta propuesta ha sido desarrollada para el concurso nacional de vivienda social “Construye para Crecer – 2024”. A diferencia de otras aproximaciones, no concebimos la vivienda social como una solución arquitectónica de baja calidad o austera. Apostamos por un entorno urbano digno, funcional y estéticamente cuidado, donde el diseño, la materialidad y la espacialidad contribuyan al bienestar colectivo y la sostenibilidad.

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Ubicada en un terreno de 22 hectáreas en Olmos, Lambayeque, la propuesta plantea una trama modular y progresiva, desarrollada en cuatro etapas. El proyecto cumple con el Decreto Supremo N.° 006-2023-VIVIENDA, accediendo a beneficios urbanísticos como mayor altura edificatoria (hasta 26.50 m frente a parques), lo que permite optimizar el uso del suelo, liberando espacios para áreas verdes y equipamientos.

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El conjunto se organiza sobre una retícula girada 45° respecto al eje del terreno, mejorando el aprovechamiento de los vientos predominantes y generando sombra estratégica para mitigar la intensa radiación solar de la zona. Las viviendas unifamiliares se ubican al centro del proyecto, mientras que los bloques multifamiliares se disponen en el perímetro, creando una barrera visual y acústica frente al tráfico exterior.

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Un aspecto clave de la propuesta es que las vías internas de la zona unifamiliar son exclusivamente peatonales, priorizando la seguridad y la calidad del espacio público. Los estacionamientos se agrupan en cuatro núcleos para las viviendas unifamiliares y a lo largo del perímetro del macrolote en el caso de las multifamiliares. Esta estrategia permite minimizar la presencia de vías vehiculares dentro del conjunto y fomenta una movilidad activa.

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Además, se han planteado calles aéreas que conectan entre sí los bloques multifamiliares y vinculan también la zona unifamiliar. Estas pasarelas elevadas funcionan como espacios de interacción social en distintos niveles, generando sombra en las zonas peatonales inferiores y actuando como reguladores climáticos en un entorno cálido como el de Olmos.

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Los primeros niveles de los edificios multifamiliares se destinan a usos comunales (guarderías, salones, huertos), reforzando el sentido de comunidad. Estas plantas bajas son abiertas y permeables, facilitando la conexión visual y física con el entorno. Las viviendas elevadas a 1.50 m incorporan patios altos que ofrecen privacidad sin aislarse del tejido social.

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Las viviendas unifamiliares están dispuestas en manzanas con parques centrales, lo que les otorga doble fachada y ventilación cruzada. Sus retiros frontales actúan como espacios de encuentro vecinal, rescatando prácticas locales de socialización. El conjunto emplea vegetación nativa de bajo consumo hídrico y sistemas de reutilización de aguas grises para riego.

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Esta propuesta demuestra que es posible hacer vivienda social de alta calidad, promoviendo sostenibilidad, identidad, y una vida comunitaria activa, sin renunciar a la eficiencia urbana ni a la viabilidad técnica.